Sin duda durante el último tiempo, gran parte de las empresas e instituciones de todos los tamaños, algunas más que otras, tuvieron que reaccionar digitalmente en una primera instancia producto de la pandemia, para luego intentar entrar en una transformación digital, que implica entrar a definir una estrategia, redefinir procesos, roles, inversiones, etc.
Algunas de estas empresas ya venían con un camino recorrido, pero en la última milla sin excepción tuvieron que colocar mayor velocidad, intensidad y dirección en los procesos, asociados a los modelos de negocios, operación, interacción, relación y operación. Esta primera reacción digital, sin duda que es una buena señal de respuesta ya que permite responder a la contingencia y navegar bajo los patrones culturales de dichas empresas e instituciones, pero no es un sostenible en el tiempo, por lo cual para que la tecnología, asegure mayor competitividad, Time To Market y gobernabilidad al ecosistema digital, es fundamental que la cultura este alineada.
La Cultura de las organizaciones, no es un manual de procesos, procedimientos y directrices que media como un manual de corta palos, sino que es subyacente a todo esto y a otras variables, por tanto, también es parte de un proceso evolutivo y de transformación, respecto del cual debemos ser consciente de ello y más que hablar de una Transformación Cultural debiésemos partir por aplicar aquellos ajustes culturales más evidentes y de más rápido impacto. Por otra parte, la evolución y transformación digital, hoy en día, no es solo un ámbito de las área de TI, sino que en muchos casos los detonantes son las áreas funcionales y de soporte al negocio, las cual ya no operan de manera vertical sino de manera horizontal, por ende los temas de optimización, automatización y redefinición, deben tener una visión integrada, a objeto de evitar duplicaciones, ineficiencia y soluciones desintegradas, que no obedecen a una estrategia y mindset del negocio, sino a una actividad o tarea.
Lo anterior cobra especial relevancia, ya que según ciertos estudios y análisis la inversión en TI a nivel agregado de todos los ítems (cloud, infraestructura, software empresarial, desarrollos, telecomunicaciones, etc.), crecerá posiblemente a nivel mundial entre un 5% y 12%, por cuanto, como contrapartida, los comités directivos van a exigir que estás inversiones reditúen en el corto y mediano plazo, por cuanto los ciclos de negocios y procesos operativos, son cada vez más cortos y complejos.
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