La inversión de impacto corresponde a un concepto bastante utilizado actualmente. En un mundo donde se habla constantemente de no dañar el ambiente, mejoras en temas sociales y generar un impacto positivo, pocos vemos la profundidad de hacer una inversión responsable. Estos instrumentos se refieren a las inversiones que se realizan con la intención específica de generar un impacto social o ambiental positivo, el cual debe ser medible y eficaz, además de tener un rendimiento financiero sostenible. Ya no solo es tener la filantrópica idea de hacer el bien, contar y promover buenas prácticas y disminuir las brechas, sino que hay que invita a hacerse responsable de las acciones e iniciativas generadas ya estas sean comprar, vender o hablar.
En una charla reciente organizada por la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, los y las líderes de opinión en el panel hablaron desde sus respectivas industrias, las experiencias obtenidas y algunos aspectos básicos y trascendentales que entregan una perspectiva con relación a cómo la inversión de impacto se ha ido posicionando de a poco e instaurado una nueva forma de hacer y medir las acciones organizacionales.
Si bien termina siempre siendo un tema la rentabilidad, existen inversiones de impacto donde ésta no es la prioridad y la importancia son los impactos y externalidades emitidas. Sin embargo, en el primer caso cuando la prioridad es la rentabilidad ahora se suma la variante importante de cómo se está generando esta y cómo logramos mejorar las condiciones actuales.
Desde la filantropía hasta la inversión financiera per se, se debe co-construir una taxonomía pertinente que conlleven la mentalidad tanto del emprendedor o creador de la organización con una idea innovadora (en materia de levantamiento de inversión), pero también que sea sostenible en el tiempo sin herir o disminuir nuestro propio entorno.
Para todo lo anterior es que se han ido creando instrumentos financieros que permiten a personas que buscan invertir no solo por la rentabilidad del negocio, sino por sus valores y preocupación por realizar las cosas de manera correcta, permitiendo que colaboradores, comunidades, clientes, medio ambiente y las mesas directivas se vean beneficiados y motivados a continuar por este camino que se ha estado y seguirá construyendo. Algunos de estos instrumentos financieros son los bonos sociales, bonos sostenibles, bonos verdes, créditos verdes/sostenibles, entre otros.
Finalmente, entender la palabra tendencia como un “inclinación o disposición natural que una persona tiene hacia una cosa determinada”, da luces de que, si bien se está hablando más que antes de lo que es inversión de impacto, primero que todo es importante definir y entender bien qué es impacto, con qué indicadores e instrumentos se puede manejar y si es relevante o no a la hora de escoger invertir en alguna organización. Luego, entender que esta “tendencia” irá transmutando en el tiempo y vaya siendo más exigente y volviéndose higiénicos aspectos que hace algún tiempo eran algo que diferenciaba, ahora simplemente es lo básico.